El piloto civil Froilán Araya Madariaga (88) falleció el 12 de febrero en Santiago y, por casualidad, el sábado 22 un piloto que se enteró hace poco, nos contó en el marco del Festival Aéreo organizado por el club aéreo local en días recientes, en el Aeródromo Municipal.
Sería allá por los albores de los años setenta cuando arribó al Club Aéreo de Pichilemu, CAP, el piloto instructor Froilán Araya Madariaga. En paralelo el Club ya contaba con los pilotos instructores José Lino Vargas Jorquera, Jorge Garcés Daille los mismos que conformaron un trio de instructores de la aviación civil para un club en naciente formación. Fue Froilán Araya Madariaga el más entusiasta, el mismo que con mucho esmero se dedicó a renovarle las energías que necesitaba el CAP. Asumió intermitentemente la Presidencia y en múltiples instancias como director permitiendo al CAP, establecer relaciones a la par con clubes de reconocido prestigio, como el Club Aéreo de Melipilla, el Club Aéreo de Santiago , el Club Aéreo Adolfo Menadier, el Club Aéreo de Rancagua, el Club Aéreo de San Fernando, el Club Aéreo de Curicó, el Club Aéreo de Talca, el Club Aéreo de Loncomilla-San Javier, el Club Aéreo de Linares, el Club Aéreo de Parral, entre otros.
Organizó reuniones zonales conjuntas de la sexta y séptima región e inclusive cuando alcanzó la Presidencia de la Federación Aérea de Chile, FEDACH, el Club Aéreo de Pichilemu estuvo siempre fortalecido y en actividad permanente, participando y siendo sede como cada uno de los clubes aéreos.
De hecho, siendo ya -como socio del Club Aéreo de Pichilemu- elegido en el Directorio de FEDACH, como secretario general de esa instancia, se daba el tiempo para dirigir el CAP, y fue -precisamente que en esa calidad- gestionó y se compró un avión cuadriplaza, un Cessna 172, con aportes municipales y del CAP; avión que en más de una ocasión permitió sacar vía aérea a heridos graves, salvando vidas, al llegar prontamente a un centro hospitalario para operación urgente.
Han pasado los años, y con ello se han ido borrando los exitosos quehaceres de ese largo periodo de tiempo y de la misma forma de sus protagonistas.
Hoy en día, entendiendo que son otros tiempos con recursos más asequibles, el Club pareciera está gozando de un confortable presente, empero lo que no debe olvidarse es que la historia de cualquiera institución se escribe siguiendo la trayectoria desde un principio sin omitir los éxitos y altibajos que sufriere en el camino. Y en esa historia siempre tienen que estar presentes amigos y camaradas del aire como José Lino Vargas Jorquera, Humberto Miranda Vargas, Jorge Garcés Daille, Ramón Lizana Galarce, los hermanos Patricio, Washington y Eduardo Saldias González; todos dirigentes. Como también, el papel de sus primeros dirigentes entre los que recuerdo -al piloto Tulio Barrantes Quezada, a los socios cooperadores Fernando Escobar Hevia, Carlos Echazarreta Iñiguez, Antonio Zamorano Soto, Lautaro Arce Vásquez, Osvaldo Vidal Vidal, Flavio Álvarez Jorquera, entre otros; pero, sobre todo destaca Froilán Araya Madariaga -que nos ha dejado recientemente- motivo por el cual le tributamos nuestros respetos y gratitud por toda su contribución al Club Aéreo de Pichilemu.
(*): Piloto civil y Ex Presidente del CAP.
Nota del Editor: En razón a que Ramón Lizana G., por razones laborales desde el año ’81 estuvo alejado del terruño hasta hace muy poco y, por ende, de la acción institucional del CAP y FEDACH, el suscrito puede dar fe de lo anterior y de lo que vino en adelante.
En efecto, no obstante, a que también estuvimos por casi tres años alejados de la comuna, retornado y, a instancias del dirigente Araya Madariaga nos incorporamos en el CAP a darle impulso. Y, paralelamente, conociendo de nuestro trabajo como Corresponsal de un diario capitalino, nos comenta de uno de sus sueños y proyectos: la reedición de la Revista “Chile Aéreo” -órgano de la FEDACH- que estaba por varias décadas durmiendo. Ante ese desafío y decisión de encararlo nos honró con esa responsabilidad, desde el año 1984-1990 aproximadamente.
Froilán Araya Madariaga, fue socio y piloto del Club Aéreo de Santa Cruz, Club Aéreo de Rancagua, Club Aéreo de Pichilemu, Club Aéreo de San Fernando y dirigente nacional de la Federación Aérea de Chile de Chile por casi una década; en calidad de Director Nacional por la Sexta Región. Y, como tal, secretario general -primero- y presidente del máximo organismo de los clubes aéreos civiles del país.
En el año 1987, junto a su par argentino fundaron la Confederación Sudamericana de Aeroclubes, COSAC.
Asimismo, durante su permanencia en la FEDACH se reactivaron campeonatos nacionales de Aterrizajes de Precisión y de Vuelo Rally en distintas ciudades del país, siendo anfitriones los respectivos clubes de esas ciudades, lo que permitió realizar ranking -y a partir de allí- enviar a pilotos chilenos a torneos internacionales organizados por la Federación Internacional de Aviación, FAI.
Igualmente, la FEDACH -en su gestión- salió “a terreno” con las Asambleas Nacionales Anuales, donde incluso Pichilemu fue sede de la 51° asamblea nacional anual el año 1997; se organizaron Simposios de Aeronáutica, incentivando la aviación.
Su irrupción como dirigente nacional de FEDACH, como su gestión significó -en cierta manera- romper con una hegemonía donde, hasta los años ’80, ningún dirigente de clubes aéreos de provincia había logrado -pese a sus capacidades- acceder antes a la cabeza de ese organismo. Luego de él, pilotos civiles de clubes aéreos de Purranque, San Javier-Loncomilla, San Felipe, Talca, le siguieron sus pasos, por nombrar algunos clubes aéreos cuyos dirigentes alcanzaron la dirección de la Federación Aérea de Chile.
Mirando muy objetivamente, hay desde entonces una mayor visibilidad de la FEDACH a nivel nacional. E, incluso se puede elucubrar no con poca razón que el Aeródromo Los Cerrillos -su destino final- no hubiera sido el actual sin una pelea judicial con los correspondientes beneficios para la aviación civil.
Si bien se dio esa pelea judicial ante los máximos tribunales, no obstante, a ser exitosa en cuanto al fallo de la Corte Suprema, la indemnización que condenaba al Fisco -después de más de una década de aquello- no se sabe en qué pie está. Lo único que se sabe, es que los abogados ganaron ….
Y, para concluir, no puedo dejar de recordar una frase de Froilán Araya Madariaga que en un par de ocasiones le oí decir en discursos oficiales: “Señores, seré del campo, pero no de las “chacras” ….”.
Fuente: pichilemunews.cl